Hola, hola. Bueno, siento que sea tarde pero últimamente ando algo ajetreado con un viaje y no me da la vida. A demás sé que el miércoles no publiqué, y es que sinceramente no sé qué me pasa que ando bajo de ideas o algo XD Bueno, que los miércoles intentaré publicar, pero no os aseguro nada.
PRIMERA VEZ
Todo estaba listo. Miré mi cuarto maravillada. Todo estaba
perfecto. Había cuidado todos los detalles: Las sábanas, las velas, la cena…
Todo. Hoy iba a ser mi noche especial. Bueno, nuestra noche especial.
Baje al salón para comprobar que todo estaba en orden. Miré
la mesita de café con la pizza ya servida y asentí satisfecha. Todo estaba tan
bien planeado que me había sorprendido a mí misma. Repasé el planing
mentalmente.
Cuando él llegara nos pondríamos a cenar con una película
muy aburrida. Había escogido una que nos incentivara a hablar. Debido al
aburrimiento nos empezaríamos a besar y luego… Bueno, subiríamos a la
habitación.
Nerviosa miré el reloj. Diez menos cuarto. Aún me quedaban
cinco minutos antes de que llegara. Me miré en el espejo y comprobé mi
maquillaje y peinado.
Puede que me estuviera pasando de perfeccionista, pero
quería que esta noche la recordáramos durante el resto de nuestras vidas.
Llevaba tiempo queriendo tener este momento íntimo con él, pero nunca surgía.
Por lo que decidí crearlo yo misma.
Esperaba que él también quiera. Llevábamos casi un año
saliendo juntos, estaba convencida de que iba a querer. Los minutos se pasaron lentamente,
pero cuando el sonido estridente del timbre me sacó de mis pensamientos corrí
en su busca (no antes echándome un vistazo rápido en el espejo).
Nos sentamos a cenar directamente, se veía que los dos nos
moríamos de hambre. Primero hablamos animadamente mientras cenábamos. Él venía
de entrenar, y se veía que estaba hablador.
Al final pusimos la película. La cosa marchaba bien. Me
regocijé entre sus brazos. En realidad no presté atención a la película, simplemente
miré a la pantalla y vi a gente moverse. Mis pensamientos estaban en otra
parte.
Lentamente comencé a acariciarle los brazos, y a besarle con
cariño la mandíbula. Pero él no parecía inmutarse, estaba mirando ensimismado
la película.
- ¿Te está gustando? – le pregunté extrañada.
- - Sí, mucho. Aunque me da un poco de pena el
protagonista.
Doy gracias a Dios que nadie estaba allí para ver mi mueca,
en serio. No me podía creer que le hubiera parecido interesante. No, es que no.
Había buscado en Google “películas aburrida” y esa era de las primera que había
encontrado-.
Intenté más de una vez llamar su atención, pero nada daba
resultado. Entonces, de repente, noté algo húmedo en mi mejilla. Alcé la mirada
y me encontré con sus ojos azules distorsionados por las lágrimas.
- No, qué va.
Se pasó una mano por las mejillas húmedas. Aproveché y
cambié de planes. Le abracé con torpeza y susurre cosas incoherentes sobre
cosas ya pasadas. Pareció que funcionó.
- Claro, vamos.
Subimos las escaleras lentamente, y cuando entramos nos
encontramos con la agradable luz de las velas. Estas estaban repartidas por
toda la habitación, la mesilla, la cómoda, el suelo…
Lentamente nos empezamos a besar, una cosa fue a la otra, y
acabamos besándonos apasionadamente en la cama. Él fue el que dio el primer
paso. Se quitó la camiseta torpemente… y le dio a la mesilla sin querer. Las
velas cayeron hasta el suelo y milagrosamente la cortina prendió en cuestión de
segundos.
Actué rápidamente, fui al baño corriendo y cogí la papelera.
La llené de agua y volví. Me lo encontré mirando el fuego asustado,
completamente quieto. Tiré el agua contra la cortina, y el fuego que quedaba
conseguí extinguirlo en el siguiente viaje.
Cuando me fui para dejar la papelera donde estaba y volví me
lo encontré completamente vestido.
- Eh… Me tengo que ir. – dijo fingiendo una
sonrisa.
- - ¿Qué? ¿Cómo que te vas?
- Que me voy.
Echó un rápido vistazo a la cortina calcinada. Luego salió
por la puerta corriendo, dejándome todo el marrón a mí.
Ahí fue la primera
vez que me rompieron el corazón.