viernes, 27 de junio de 2014

Relato: Un último beso



Hola, holaa. Bueno, antes de que os preguntéis por qué no publiqué el miércoles tengo que confesaros que no tenía internet. Por razones que desconozco el Wifi iba como él quería y no pude publicar. Pero bueno, intentaré compensaros de alguna manera.

Hoy os traigo un relato simple, de amor (últimamente me ha dado por escribir sobre este género, no sé por qué). Y bueno, a ver qué os parece. 

 UN ÚLTIMO BESO

La lluvia caía con fuerza sobre el asfalto, creando un harmonioso sonido que retumbaba en los oídos de la chica. Esta caminaba a paso ligero, no atreviéndose a correr por miedo a resbalar. Su respiración entrecortada creaba pequeñas nubes de vaho al hacerlo.
 
Las farolas repartidas por toda la avenida brillaban sobre los adoquines, dándoles un toque anaranjado. La calle estaba desierta, puesto que a nadie más que a ella se le había ocurrido salir a la calle con aquel tiempo.

Sin poder aguantarse, la chica comenzó a correr. No podía esperar más tiempo, ya que este corría en su contra. De repente, al girar una esquina, una oleada de viento le arrebató el paraguas. Se giró para ir a por él, pero no podía perder el tiempo.

Siguió corriendo avenida arriba, resbalándose de vez en cuando. La ropa se le pegaba a la espalda, completamente empapada, impidiéndole moverse con facilidad. Pero a pesar de ello siguió su camino sin darse por vencida. 

Y por fin llegó a su destino. Se lo encontró ahí de pié, en medio de la carretera con la mirada perdida. Se le acercó jadeante, cansada por el largo camino que había recorrido. Se miró las rodillas raspadas y se echó el pelo hacia atrás.

- Hola. – susurró tímidamente. 
Él agitó la cabeza sacándole de sus ensoñaciones y la miró durante un segundo que se le hizo eterno.

- Hola. – le contestó al final, mostrando una media sonrisa en su rostro. 
- ¿Qué tal estás? – contestó ella después de un incómodo silencio.
 
Al momento se maldijo. ¿Era lo único que se le había ocurrido, en serio? ¿Cómo podía haber sido tan tonta?  Se ruborizó notablemente ante su evidente idiotez y apartó la mirada. 

- No, mírame. – le dijo él con voz suplicante.
 
Dubitativa le miró la camiseta, incapaz de mirarle a los ojos. Él le cogió la cara con ambas manos y le hizo elevar la mirada hasta encontrarse con la suya. Sus manos estaban frías a causa de la lluvia, y contrastaban con el leve calor que desprendían las mejillas de ella.

Lentamente se fueron acercando el uno al otro, atraídos por alguna fuerza invisible. Él juntó su frente con la de la chica y cerró los ojos, disfrutando del momento. Ella en cambió desvió la mirada. Sin poder reprimirse se puso de puntillas y le besó con delicadeza.

Él se sorprendió en un principio, pero no perdió un segundo y le devolvió el beso rodeando su cadera con ambos brazos y atrayéndola más hacia él. La timidez dio paso a la pasión, y se besaron ardorosamente bajo la lluvia.

Poco a poco los labios de él se empezaron a moverse con más dificultad, hasta que finalmente dejaron de moverse. No dejaron de besarse hasta que él cayó al suelo sin vida. Era de esperar, los dos sabían a lo que se enfrentaban cuando habían decidido volver a verse por última vez, al entregarse a ese último beso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Hola! Me encantaría que me dejaras un comentario diciendo qué te ha parecido la entrada o si quieres aportar una idea o algo. ¡Te lo agradecería muchísimo!