viernes, 4 de julio de 2014

Relato: Primera vez



Hola, hola. Bueno, siento que sea tarde pero últimamente ando algo ajetreado con un viaje y no me da la vida. A demás sé que el miércoles no publiqué, y es que sinceramente no sé qué me pasa que ando bajo de ideas o algo XD Bueno, que los miércoles intentaré publicar, pero no os aseguro nada. 

 PRIMERA VEZ

Todo estaba listo. Miré mi cuarto maravillada. Todo estaba perfecto. Había cuidado todos los detalles: Las sábanas, las velas, la cena… Todo. Hoy iba a ser mi noche especial. Bueno, nuestra noche especial.

Baje al salón para comprobar que todo estaba en orden. Miré la mesita de café con la pizza ya servida y asentí satisfecha. Todo estaba tan bien planeado que me había sorprendido a mí misma. Repasé el planing mentalmente.

Cuando él llegara nos pondríamos a cenar con una película muy aburrida. Había escogido una que nos incentivara a hablar. Debido al aburrimiento nos empezaríamos a besar y luego… Bueno, subiríamos a la habitación.

Nerviosa miré el reloj. Diez menos cuarto. Aún me quedaban cinco minutos antes de que llegara. Me miré en el espejo y comprobé mi maquillaje y peinado.

Puede que me estuviera pasando de perfeccionista, pero quería que esta noche la recordáramos durante el resto de nuestras vidas. Llevaba tiempo queriendo tener este momento íntimo con él, pero nunca surgía. Por lo que decidí crearlo yo misma.

Esperaba que él también quiera. Llevábamos casi un año saliendo juntos, estaba convencida de que iba a querer. Los minutos se pasaron lentamente, pero cuando el sonido estridente del timbre me sacó de mis pensamientos corrí en su busca (no antes echándome un vistazo rápido en el espejo).

- Hola. – me dijo dándome un cálido beso. - Hola. Anda, pasa. – me aparté de la puerta y dejé que pasase. 

Nos sentamos a cenar directamente, se veía que los dos nos moríamos de hambre. Primero hablamos animadamente mientras cenábamos. Él venía de entrenar, y se veía que estaba hablador.

Al final pusimos la película. La cosa marchaba bien. Me regocijé entre sus brazos. En realidad no presté atención a la película, simplemente miré a la pantalla y vi a gente moverse. Mis pensamientos estaban en otra parte.

Lentamente comencé a acariciarle los brazos, y a besarle con cariño la mandíbula. Pero él no parecía inmutarse, estaba mirando ensimismado la película.

- ¿Te está gustando? – le pregunté extrañada.
-          - Sí, mucho. Aunque me da un poco de pena el protagonista.

Doy gracias a Dios que nadie estaba allí para ver mi mueca, en serio. No me podía creer que le hubiera parecido interesante. No, es que no. Había buscado en Google “películas aburrida” y esa era de las primera que había encontrado-.

Intenté más de una vez llamar su atención, pero nada daba resultado. Entonces, de repente, noté algo húmedo en mi mejilla. Alcé la mirada y me encontré con sus ojos azules distorsionados por las lágrimas.

- ¿Estás llorando? – le pregunté sin poder ocultar mi sorpresa. 
No, qué va. 

Se pasó una mano por las mejillas húmedas. Aproveché y cambié de planes. Le abracé con torpeza y susurre cosas incoherentes sobre cosas ya pasadas. Pareció que funcionó.

- ¿Quieres subir a la habitación? – le susurré entre besos.
- Claro, vamos. 

Subimos las escaleras lentamente, y cuando entramos nos encontramos con la agradable luz de las velas. Estas estaban repartidas por toda la habitación, la mesilla, la cómoda, el suelo…

- Oh. – dijo él sin más, empezando a sospechar mis intenciones.

Lentamente nos empezamos a besar, una cosa fue a la otra, y acabamos besándonos apasionadamente en la cama. Él fue el que dio el primer paso. Se quitó la camiseta torpemente… y le dio a la mesilla sin querer. Las velas cayeron hasta el suelo y milagrosamente la cortina prendió en cuestión de segundos.

Actué rápidamente, fui al baño corriendo y cogí la papelera. La llené de agua y volví. Me lo encontré mirando el fuego asustado, completamente quieto. Tiré el agua contra la cortina, y el fuego que quedaba conseguí extinguirlo en el siguiente viaje.

Cuando me fui para dejar la papelera donde estaba y volví me lo encontré completamente vestido.

- Eh… Me tengo que ir. – dijo fingiendo una sonrisa.
-         - ¿Qué? ¿Cómo que te vas?
- Que me voy. 

Echó un rápido vistazo a la cortina calcinada. Luego salió por la puerta corriendo, dejándome todo el marrón a mí.

Ahí  fue la primera vez que me rompieron el corazón.

4 comentarios:

  1. Pobres, lo de la cortina xDDDD Ay, otra vez será, pobrecita. :(

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    1. Jajajajaja La verdad es que quería hacer una historia diferente, así que me dio por ahí.

      Gracias por el comentario :3

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  2. Te he nominado a un premio, chequealo aquí http://thg-unaprofesionaldiferente.blogspot.com.es/2014/07/premio-dardos.htm

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